Quiero empezar diciendo una frase de Boris Cyrulnik, eminente científico, que dice: “el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
Tristemente, la mayoría de nuestra sociedad - los ciudadanos y familias que la componen - carecen de información y de herramientas que no les son proporcionadas, y son cruciales para poder afrontar y trabajar el manejo del sufrimiento ante las diferentes adversidades que se presentan y que, inevitablemente, van a provocar dolor a lo largo de la vida.
Cuando ese dolor se convierte en un sufrimiento crónico y no se tienen las herramientas adecuadas, el sujeto puede pensar que él es el problema y busca alivio en la conducta suicida, con la falsa creencia de que de esa manera se soluciona todo.
El intento de suicidio puede ser por una situación o por un hecho que la persona vive y siente como agobiante: sentirse avergonzado, rechazo, soledad… entre otros muchos motivos. Cuando ocurre un evento repentino y aversivo inesperado y está fuera de la capacidad del individuo para hacerle frente. Este comportamiento también puede ir asociado a patologías psicológicas y psiquiátricas que pueden ser tratadas.
Lamentablemente la conducta suicida está aumentando en nuestra sociedad y cada vez más a edades más tempranas. Cuando son expuesto a situaciones estresantes y no cuenta con un apoyo adecuado por parte del entorno, se puede desarrollar alteraciones en estructuras cerebrales (el sistema cortico-límbico), estas alteraciones afectan posteriormente su capacidad de afrontar situaciones problemáticas en su vida.
• Antecedentes familiares de depresión, suicidio, abuso.
• Precariedad familiar, cuando las necesidades básicas no están cubiertas. Aislamiento social, actitud pesimista ante la vida.
• Sentimiento de desarraigo; cambios socioculturales favorecidos por migraciones por modificaciones en la estructura familiar.
• Violencia intrafamiliar puede generar incapacidad para afrontar y resolver problemas.
• Acoso y bullying..
Los patrones relacionales entre el infante y sus cuidadores (progenitores y tutores) es sumamente importante su vida futura. Como persona es necesario sentir la presencia del otro a través de percibir la mirada, el contacto físico, la escucha el acompañamiento en las diferentes manifestaciones de las emociones sentidas. Todo ello va a permitir crear vínculos sólidos a lo largo del ciclo vital y lo que facilita recurrir a personas de referencias en momentos de crisis.
En las familias es necesario crear una interrelación donde exista el respeto y la confianza que son la base para que se vaya consolidando el proceso de individuación y autonomía. La lealtad impulsa el sentido de la fraternidad en el grupo familiar para poder sentirse aceptado y reconocido. De esta forma, se mantiene una relación afectiva basada en la valoración del otro que puede ayudar a prevenir las conductas suicidas como llamadas de atención. También es importante generar un clima afectivo en el que se puedan expresar las emociones y se fortalezcan los vínculos. Aquí juega un papel muy importante la empatía, para poder comprender la realidad del otro y generar una intimidad que permita ayudar y orientar a la persona con pensamientos suicidas.
Tanto en los menores, en los adolescentes y en adultos es importante observar cualquier comportamiento fuera de lo habitual.
Problemática en el estado de ánimo, comentarios descalificativos hacia sí mismo, se sienten heridos fácilmente, los menores pueden mostrar comportamientos regresivos, los adolescentes se autolesionan.
Aislamiento y soledad, si no desean compartir con sus amigos y familiares sin ninguna patología asociada.
Ha tenido alguna perdida de un ser querido y no ha podido realizar el duelo o no se le ha podido explicar y el menor lo asume como su culpa.
Estar pendiente del contenido de su comunicación tanto verbal como escrita; si hacen comentarios tales como “no te voy a ver más”, “no quiero seguir viviendo,” “lo mío no tiene solución”.
En los adultos es frecuentes cerrar asuntos pendientes, regalar objetos muy apreciados.
Brindarle la oportunidad de que puedan hablar abiertamente de sus pensamientos sin juzgarlo. No por expresar las ideas suicidas se impulsa a ello.
Ofrecerle ayuda profesional y especializada.
Existen recursos gratuitos de atención a la conducta suicida, como la línea 024 del Ministerio de Sanidad y el teléfono de la esperanza 717 003 717
En caso de emergencia inminente llamar al teléfono de emergencia 112
Cuando la persona está en crisis es importante tener en cuenta su edad, su cultura, sus creencias, todo su entorno para asi poder comprenderla y brindarle una ayuda adecuada.
El sentido de la muerte es muy complejo y se va modificando a lo largo de la vida, por lo que los pensamientos, ideas o conductas no son las mismas en la infancia, en la adolescencia, ni en la vida adulta.