Todos tenemos una imagen metal de un cerebro humano adulto: textura gelatinosa, del tamaño de dos puños juntos, dividido en dos mitades y lo más característico es su aspecto arrugado. Si tuviéramos que imaginarnos ahora el cerebro de un recién nacido ¿cuál es la diferencia más notoria?, ¿el tamaño?, ¿el peso?, ¿el color?, ¿la forma?, ¿la textura?... La diferencia más clara son las arrugas, puesto que el cerebro del bebé es prácticamente liso. Es como la pieza base de un escultor. ¿Qué pasa durante los 6 primeros años de vida? El escultor le va dando la forma y va desechado la parte de la primera base que no era importante para la escultura deseada. Con el cerebro pasa algo parecido, se prepara para aquellas habilidades que los padres consideran necesarias para la vida de sus hijos y ¿qué pasa con las habilidades innecesarias? Los padres no las enseñan y por lo tanto el cerebro no se prepara para una habilidad no necesaria.
La estimulación temprana es de suma importancia debido a que potencia el desarrollo de las funciones cerebrales en todos sus aspectos (cognitivo, motor, lingüístico y social) Para que el cerebro se desarrolle necesita información y su crecimiento depende de la cantidad, tipo y calidad de los estímulos que recibe. ¿Quiere esto decir, que lo que no se haya aprendido a los 6 años, no se podrá aprender después?, por supuesto que no. Hablamos de desarrollo cerebral, no de conocimientos. Y un buen desarrollo cerebral ayudará no sólo a la adquisición de conocimientos, sino que también potenciará otras habilidades superiores como su creatividad, su empatía, la resolución de conflictos, las habilidades sociales, su autoconfianza, etc…
El lenguaje es una súper-habilidad humana de carácter innato, es decir, nacemos predispuestos para aprender a comunicarnos a través del lenguaje y esto a su vez modulará nuestro pensamiento. La familia es el eslabón más importante para que esta habilidad se desarrolle de forma óptima. Si no se presta atención a este punto o si no se le da la importancia que se merece puede que el desarrollo se vea mermado. Un gran número de retrasos del lenguaje (no todos) se deben a una hipoestimulación a este nivel.
La estimulación del lenguaje por parte de la familia no siempre es tarea fácil puesto que depende de otros factores que se pueda llevar a cabo de forma satisfactoria: nivel educativo de los padres, el horario de trabajo, nivel económico. En muchos casos la cantidad de tiempo que disponen las familias para la crianza de sus hijo es muy limitada y si a esto sumamos que la calidad de la estimulación no es adecuada, se pueden general dificultades en el desarrollo evolutivo de los menores.
Es por ello importante que los padres sepan optimizar el tiempo y así generar estímulos de calidad. A continuación haré un resumen por grupos de edad de actos y dinámicas que podemos hacer aún disponiendo de poco tiempo.
*Las dinámicas que daré a continuación son acumulativas, es decir al intervalo de edad 2-3 años también podemos y debemos continuar con lo propuesto en los intervalos de edad anteriores.
CON EL BEBÉ DE 0 A 1 AÑO
-HABLARLE COMO SI PUDIERA HABLAR.
-RESPONDER A SUS VOCALIZACIONES, IMITARLE.
-BUSCAR LA ATENCIÓN DEL NIÑO CON SONIDOS Y OBJETOS.
-LEERLE CUENTOS.
-PONERLES MÚSICA, CANTAR Y BAILAR CON ÉL.
-APROVECHAR LAS RUTINAS Y COMENTAR LO QUE VAMOS A HACER.
-UTILIZAR GESTOS CON PALABRAS.
CON EL BEBÉ DE 1 A 2 AÑOS
-AYUDARLE A PEDIR. NO ANTICIPARNOS A LO QUE QUIERE.
- ALARGAR SUS PRODUCCIONES DANDO UN MODELO CORRECTO DE PRONUNCIACIÓN Y DE ESTRUCTURA DE LA FRASE.
-HABLARLE DESPACIO Y A SU ALTURA PARA QUE PUEDA VER BIEN LOS MOVIMIENTOS DE VUESTRA BOCA.
-PONERLE VOZ A SUS MUÑECOS Y POTENCIAR EL JUEGO SIMBÓLICO.
-INICIAR LA ALIMENTACIÓN SÓLIDA.
CON EL NIÑO DE 2 A 3 AÑOS
-DADLE ÓRDENES SENCILLAS QUE ÉL PUEDA HACER.
-JUGAR A ESCONDER OBJETOS Y DARLE PISTAS PARA ENCONTRARLO.
-JUGAR A SILABEAR LAS PALABRAS.
-CONTARLE LO QUE HAN HECHO DURANTE EL DÍA Y CONTARLE LO QUE VAN A HACER AL DÍA SIGUIENTE.
-REPETIRLE VARIAS VECES SENCILLAS RIMAS O POESÍAS PARA QUE APRENDAN PARTE DE ELLA.
CON EL NIÑO DE 3 A 4 AÑOS.
-JUGAR A LAS ADIVINANZAS Y AL VEO VEO.
-ENSEÑARLE EL SONIDO DE LAS LETRAS Y DE LAS PALABRAS.
-HACERLE PREGUNTAS SOBRE EVENTOS OCURRIDOS.
-TRANSMITIR MENSAJES. Por ejemplo: Pregunta a papá dónde está la mochila del cole.
-INVENTAR CUENTOS CON ELLOS.
CON EL NIÑO DE 4 A 6 AÑOS.
- ENSÉÑELE RIMAS, TRABALENGUAS Y ADIVINANZAS.
-CONTAR CHISTES Y EXPLICAR REFRANES Y FRASES HECHAS DE USO HABITUAL.
-MOTIVARLO A APRENDER SUS DATOS PERSONALES: NOMBRE APELLIDOS, DIRECCIÓN Y UN NÚMERO DE TELÉFONO.
- ESCRIBIR CARTELES CON EL NOMBRE DE LAS COSAS.
-PEDIRLE QUE NOS CUENTE ÉL UN CUENTO.
-JUGAR CON LAS PALABRAS QUITÁNDO O AÑADINDO SÍLABAS.
Escrito por Verónica Campillo Pastor